Jugando con la complementariedad de los opuestos simbolizados con la noche y el día, la lechuza representa la sabiduría, iluminada por ambas luces, atenta y observante, con una mirada fija en todo aquel que la contempla. Sus ojos guardan un secreto, y es que todo aquel que proyecte una luz intensa sobre ellos puede dibujar, con un simple flash de teléfono móvil, y ver cómo sus trazos de luz se esfuman, como lo hace el esplendor de la naturaleza día tras día.
Éste mural se realiza durante la jornada de actividades de la Factoría Cultural que tiene lugar en la Noche Blanca, con la intención de concienciar sobre la belleza de la naturaleza y la libertad, representando un ave que históricamente se ha asociado a la sabiduría.